El Gato y la Morocha

iba.... caminando... contando las rayas de la calle, mirando el piso... como idiota... sin mucho que hacer y se me cruza un gato negro, un gato negro!!. y el loco me mira... como diciendome... diciendome nada... si el loco me mira nada mas. y lo asusta ella... una morocha de ojos grandes, con perfume embriagador y no pude mas, me saco el sombrero y le tiro la burrada. No camine sola madame, yo la puedo escoltar, al lugar que usted vaya. No me mire así madame, que la quiero ayudar, a que llegue a salvo a su casa. Se que me veo mal, pero son sinceras mis intenciones. Se que no es normal, que se le va a hacer, ella sonrio. Andando con el frio en la cara, le puse mi chaqueta, para abrigarla. Me sentí todo un señor, con esa morocha, que era toda una dama. Y de pronto me vi abrazao con ella en la esquina. Y de pronto me vi como un maula con suerte divina. Y... bueno ella... ella se subio al primer carro que le movio los faroles... así como si nada... y me dejo solo parado en la esquina... no era dama ni cosa parecida y yo soy un boludo... y cuando me quise ir al boliche pa` contarle a los muchachos... Entonces se me congela el alma, recorde al gato negro que se me cruzaba. Y luego entendí, era la mala suerte que me llegaba. Ella me afano la guita y la navaja. Ella se llevo mi pañuelo y sin el no puedo llorar. Llorar por perder mi pañuelo, el que me dio la vieja antes de morir. Llorar por por no haber tenido nada y ahora tener mucho menos que na`.

Con pasión

Con la mirada puesta en los muros, en las mesas y en la pista, con la cara de poker y zapatos caros comienzas tu exhibición. Bailas como ninguna, con tus pasos perfectos, luciendo esa técnica divina, altanera y elegante, pero no sientes na`. Vive esta pieza con migo, ya dejate llevar, que pegada a mi pecho te quiero despeinar. Junta tu frente y la mia, ya dejate llevar, que con mi mano en tu espalda no vas a descansar. Con el alma en las tablas, con la cara sudada y tu boca entre abierta no paras de jadear. Con pasión bailamos juntos, con pasión luego sonries y me pides otro tango, con pasión para bailar.